miércoles, 3 de agosto de 2011

Codelco potencial inversor de US$30.000 millones...¿Y las EMT?



El Presidente de Codelco, la estatal minera de Chile, Gerardo Jofré, se mostró optimista ante las expectativas de la compañía estatal. La estimación de inversiones del sector alcanza a un monto en torno a los US$50.000 millones durante los próximos cinco años. Dentro de esta proyección la cuprera nacional ubica en unos US$18.500 su aporte. Esta empresa chilena concentra el 10% de las reservas mundiales en tanto Chile lo hace con un 30% de la disponibilidad mundial.

Sin embargo, Jofré añade, que en Codelco estiman en unos US$30.000 millones las inversiones propias. Puntualiza, en todo caso, que la diferencia en términos temporales se podría materializar no antes de 2030. No sin precisar el buen ánimo que existe al interior de la firma, en función de las proyecciones al alza en los precios del comoditie, arrastrado por la creciente demanda de las economías más industrializadas y la estable composición de los costos de explotación de la empresa.

Si al horizonte planteado por las autoridades de Codelco se agrega la carta de navegación que recibiera el timonel de Economía chileno, Pablo Longueira y el debate en torno a la educación, incluyendo aquí la actividad científica y tecnológica, podemos estimar que Chile tiene ante sí una oportunidad trascendental para elaborar un Plan Nacional de Desarrollo Industrial (PLANADI), al que nos hemos referido en varias columnas anteriores.

Es momento que el Estado de Chile dé un golpe de timón sin precedentes, definiendo para las próximas décadas su política de desarrollo incluyendo en forma protagónica a las Empresas de Menor Tamaño (EMT). Y no se trata de una participación marginal o asistencialista, ni menos benefactora. Se trata de poner en el ojo del huracán el aporte de las EMT vinculadas al desarrollo industrial.

Particularmente las EMT del sector metalmecánico, en todo su espectro, desde partes y piezas menores hasta la elaboración de productos refinados de alto valor agregado, deben ser el centro de esta política. ¿Quiénes son las grandes empresas de mañana que empujen el desarrollo sostenido? Sin duda alguna, las EMT industriales. Pues mientras los servicios pueden ser canalizados a través de los diversos track que ofrecen las tecnologías de la información y las comunicaciones, los bienes reales que se transen deben ser fabricados por alguien, y esta es la cancha de las EMT industriales.

Por el lado de las empresas EMT el Estado debe propiciar el establecimiento de cluster o encadenamientos regionales para la convergencia de intereses comunes, que permitan fabricar asociativa y mancomunadamente productos con una alta adición de valor agregado. Las EMT ya no dejaremos de mirar al mundo como nuestro mercado principal.

Asimismo, para lograr lo último, el Estado debe implementar programas de replanteamiento de la Visión, Misión y Valores de los empresarios de las EMT, pues sin esto sus mercados seguirán limitándose, ni siquiera al país sino a sus ciudades y perímetros más inmediatos.

El Estado debe fortalecer la asociatividad gremial de la industria metalmecánica de las EMT, para que estas instituciones sean un eje fundamental en el proceso de transformación de la mirada estratégica de estos empresarios. No obstante, para el conjunto del PLANADI, es esencial que esto se desarrollo simultáneamente con otras medidas como:

  • La creación de un Leasing Estatal de Fomento cuyas rentas se paguen conjuntamente con el Impuesto a la Renta, en unidades de fomento y sin interés, financiamiento otorgado directamente por el Estado sin intermediación financiera de la banca privada y administrado por un renovado SERCOTEC y BANCO ESTADO. ¿El beneficio nacional?: claramente el incremento del dinamismo del sector aportará con crecientes tributos al erario público, el que superará con creces cualquier tasa de interés o comisión.
  • Insistiendo una vez más, el establecimiento de una Franquicia Tributaria de Capacitación inversamente proporcional al tamaño de las empresas, permitiendo así canalizar recursos públicos a los sectores que más necesitan de nuevos conocimientos y tecnologías, que nos permitan abordar desafíos globales.
  • Establecer una conexión entre las futuras demandas de capital humano, a la altura de las exigencias del tercer milenio, con la oferta estructurada de técnicos y profesionales, eliminando de paso los excedentes de ofertas académicas de dudoso futuro laboral, que asegure crecimiento individual y movilidad social familiar.
  • Establecer un piso de fomento a la afectación impositiva para las microempresas en su totalidad y una rebaja de fomento de la tasa efectiva de impuesto a la renta para las pequeñas empresas. Esto en el marco de un PLANADI que busque hacer de Chile un proveedor mundial relevante de productos con valor añadido, de ciencia y tecnologías.
  • Elevar los recursos para investigación científica básica y aplicada orientada expresamente a satisfacer los requerimientos del PLANADI.

Así las cosas, nos asiste el convencimiento de que Chile, unido en torno a un Plan Nacional de Desarrollo Industrial, podrá en escasas décadas erradicar la pobreza extrema, otorgar educación de gran calidad enfocada en el desarrollo humano y convertirse en un protagonista de la cruzada global por una sociedad más sustentable y próspera.

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